La sede de la RAE: una joya arquitectónica al lado del Museo Del Prado
Cuando vamos al Museo Del Prado, casi siempre surge una pregunta: ¿Qué son esos edificios? Se refieren a la Iglesia de San Jerónimo y a la RAE. En este artículo, hablaremos del segundo.
La sede de la RAE: ¿Dónde está? La parte neoclásica de Madrid
La RAE (Real Academia de la Lengua) aúna la clásica neoclásica arquitectura de Madrid. Esta zona de Madrid estaba fuera de la ciudad no hace demasiado, de hecho, Madrid nunca ha dejado de crecer, de tal forma que lo que hace un tiempo estaba fuera de la ciudad, hoy en día es el centro. Hacia el Siglo XVII, la ciudad terminaba en la Puerta del Sol, siendo no otro que Felipe IV quien construyó un palacio en el llamado Prado de San Jerónimo. Aquel palacio fue destruido por Napoleón en las primeras décadas del S. XIX. No queda nada salvo los jardines que son nada menos que lo que hoy llamamos Parque del Retiro. Así, la ciudad emprendió su enésima expansión.
Felipe V y Carlos III: un nuevo Madrid para una nueva dinastía.
El hijo de Felipe IV (Carlos II) no dejó sucesor. De esta forma, las ramas francesa y germánica de la familia empezaron una guerra. La influencia de Luis XIV fue enorme, por lo que la parte francesa acabaría ganando para que el rey de Francia hiciese un movimiento de maestro de ajedrez: el nuevo rey de España sería su nieto, Felipe de Borbón, el posterior Felipe V, que llegó a España en 1700. El tiempo de los Austria se había acabado después de casi dos siglos. No obstante, a Felipe V la ciudad le parecía demasiado medieval, si bien la dinastía había cambiado, la ciudad apenas lo había hecho. Es por eso que Felipe V hizo un nuevo boulevard en el Prado de San Jerónimo, afrancesando la ciudad.
Ese boulevard permanece similar al que se construyó hace tres siglos: es el actual Paseo Del Prado. ¡Por cierto! ¡Es en alusión a este Prado que el Museo se llama de esta forma! El nombre del museo hace referencia a ese prado del que hemos estado hablando. Y así empezó el neoclásico en Madrid, con una remodelación de las calles pensada para un rey que vino desde otro país. Madrid siguió la estela de París. Posteriormente, en 1759, empezó el reinado de Carlos III, quien recibiría el título de mejor alcalde de Madrid. Este monarca marcó la diferencia con una serie de importantísimas contribuciones a la ciudad, por ejemplo: el alcantarillado, la Puerta de Alcalá, el Museo Del Prado o el Jardín Botánico… El Madrid que pensó su padre finalmente se había completado.
La sede de la RAE: la belleza de la discreción
Debe ser duro resultar relevante estando al lado del Museo Del Prado, quizás el edificio neoclásico que más se ha acercado a la perfección en España, además, la Iglesia de San Jerónimo es una atractiva muestra del gótico… ¡Y es el edificio de al lado! En cualquier caso, parece claro que el Museo marca un camino para la arquitectura de al rededor, asimismo, aquel nuevo estilo neoclásico ya había dejado de ser nuevo tras casi 150 años. La sede de la RAE fue encargada a Miguel Aguado de la Sierra, quien empezó las obras en 1891. La inauguración se celebró en abril de 1894 con la presencia de la segunda Regente María Cristina, esposa del malogrado Alfonso XII.
Observando la sede de la RAE
En los siguientes párrafos analizaremos el edificio. La fachada frontal está rodeada de árboles, esto es habitual en el neoclasicismo, a pesar de estar hablando de un edificio en el corazón de la ciudad. Sin embargo, nos fijaremos primero en la columnata dórica. A ello se añade el cornisamento (el rectángulo y el triángulo sobre la columnata) clarísimamente inspirado en la tradición grecolatina y, por supuesto, la escalinata que ayuda a posar el edificio sobre el suelo. Bajo las cornisas, un remate en blanco que da equilibrio al resto del edificio.
Cuando pensamos en el periodo neoclásico hay una serie de cuestiones que tenemos que mencionar. En primer lugar, la búsqueda de racionalidad, por eso el edificio parece estar construido “cuadrado a cuadrado”. Además, esto marcó el renacimiento y, consecuentemente, la vuelta al clasicismo que podría describir al neoclásico. En segundo lugar, el ser humano es la medida. Después de todo, estamos hablando de un edificio que representa a una institución que cuida del lenguaje, en otras palabras, un edificio para una ciencia humanística. Y así, si comparamos este edificio racional con el edificio gótico de justo al lado, pensaremos que es un edificio bajo (apenas dos pisos). Bueno, pensemos que la RAE está hecha para ser manejada por seres humanos, mientras el que en el gótico todo se hace para alcanzar a Dios. Finalmente, el edificio necesita simetría y armonía, objetivo que alcanza de sobra.

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